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jueves, febrero 24, 2005

Clavel del aire 

Lo heredó del padre. El negocio, y los ojos grises arrugados antes de tiempo. De la época en que los inmigrantes italianos, llenos de bríos y ganas de trabajar, fueron dividiéndose entre los "vivos" que progresaban y salían de los conventillos, y los "quedados" que hacían calceta en camiseta desde que salían de trabajar hasta que se levantaban al otro día.
Ferretería Ángel. Empezó vendiendo clavos baratos, que duraban tanto como feos eran los cuadros que sostenían. Prosperó cuando su padre se entongó con ciertos turcos que vivían en el barrio de Montserrat, lleno de casas viejas (sí, ya en esa época eran viejas) y veredas acanaladas, marroncitas.
Entonces, como era predecible, su padre se queda duro de un ataque al corazón, fruto quizás de lo mucho que extrañaba a las pieles olivas y lo mal que le caía el mate. Y Angelito, Tito, se tuvo que hacer cargo de todo, abandonando sus estudios de Ingeniería Mecánica, la carrera del futuro.
Si pasás por la esquina de Chile y Saénz Peña todavía la ves. Azul, ajada, fresca aún en el más torrido día de verano -quizás por el frío metal que la llena-, terrosa, polvorienta. Desangelada.

Tonight's song: I'm a loser - The Beatles. Best served with: conformismo.

miércoles, febrero 23, 2005

Ave César 

Julio se levanta temprano, solo. Deambula por la habitación a oscuras con los ojos, hasta que suena el fútil despertador. Jé, que sufra la yegua, de lo contrario se levantaría al mediodía. Siempre tuvo esa envidia encubierta de verla, a las tres de la tarde, a las cuatro de la mañana, a las ocho de la noche, en su bata de fieltro azul marino; mientras él se apretuja contra traseros más turgentes e invitantes en el subte, camino al trabajo.

Julio se levanta con los pies húmedos, le transpiran mucho; y con mal aliento, no importa cuánto se haya cepillado los dientes la noche anterior. Odia subirse al ascensor de la oficina y que su compañero de box lo salude, con olor a café rancio en la boca. Generalmente interrumpe el beso, rascándose la nariz con poco disimulo.

Julio almuerza pebetes, todos los días. Por un peso cincuenta su cuerpo obtiene todas las proteínas y lípidos que necesitaría para cruzar el desierto a pie, aunque sólo camine las tres cuadras que lo separan del subterráneo al departamento de dos ambientes en el que sobrevive. No le hace bien a la úlcera, se pasa el resto de la tarde con ganas de rajarse un gas, pero en cualquier momento entra Claudia, de Administración, y el box es un sucucho mal ventilado.

Julio mira para los costados y se mete el dedo en la nariz, saca un moco medio seco y lo pega debajo del escritorio. Se siente superior, tiene un secreto que nadie sabe, y no sabe que todos lo ven a través del vidrio esmerilado, que se adivinan sus movimientos, su índice morcilloso escarbando con fruición, rascándose el cerebro por adentro.

Julio ensucia los cuellos de su camisa muy rápidamente, tiene la piel y el cabello grasos, y no importa cuánto se refriegue con la esponja natural que le compró su esposa, a las dos horas de tipear en la computadora su ropa se vuelve sopa, su nariz comienza a brillar y su coronilla desnuda se perla de sudor.

Julio se saca cera de los oídos con la goma al final del lápiz, porque con la uña no llega. Así escucha mejor la música que escucha su compañero, en uno de esos compact disc que se escuchan sólo en la compu, que él no entiende de qué le sirven tenerlos así, si no puede escucharlos en la casa.

Julio tiene los dedos amarillos de nicotina, así también tiene los dientes. La barba le crece rala, despareja, pero tiene piel delicada y se lastima cuando se afeita seguido. Hasta hace poco se rasuraba la pelvis, le gustaba sentir cómo iban creciendo los pelos, cómo picaban obligándolo a tocarse el bulto del pantalón cada dos minutos y 38 segundos, aproximadamente.

Julio murió ayer. La esposa no le avisó a nadie y lo veló sola. No espera que pregunten por él hasta dentro de tres semanas, cuando los papeles comiencen a apilarse en su escritorio. Ahora debe estar bebiendo un té, dentro de su bata azul.

Tonight's song: Nowhere man - The Beatles. Best served with: corte de pelo que me acerca aún más al 90% de la masa argentina adolescente rebeldosa y encasquetada. ¿Por qué sigo haciéndome esto a mí misma?

lunes, febrero 21, 2005

Estratégicamente 

Le descubrí el juego. Ya no me pongo exultante porque me confía sus pequeños reveses de la vida. Sé que es todo parte de una maquiavélica estrategia para que piense que cuento con su confianza, que soy su pequeño paño de lágrimas a domicilio. Quizás también lo haga para tener un poco de empatía in return, un consejo devuelvo como bofetada a todos los que me propinó la semana pasada.

O, puede ser, por qué no, que también sea un devoto adepto a la cultura de la miseria, pero con reservas. Las saca a relucir sólo cuando espera un rédito sentimentaloide y arrastrado de mi parte. Me gusta que me cuente sus dramas, pero fue poco sutil que me los entremezclara, descuidadamente, con una breve sinopsis de lo fea que se va poniendo su relación con la chica 10. Qué casualidad, me vuelvo vulnerable y de paso te comento que con mi novia está todo mal, de seguro estaré necesitando consuelo físico pronto, así que tu inconsciente acuse recibo y se vaya preparando.

The thing is, no me alcanza con ser tu paño de lágrimas, y estoy en condiciones de afirmar que te prefiero como confidente y amigo, como una buena charla de medianoche en el balcón, brisa fresca y mate con limón. The plot thickens, Mariana se desayuna con grandes verdades universales sobre las relaciones humanas y puede discernir entre el cariño desinteresado de alguien que firma "te quiere" con alguien que realmente lo siente.

Moving on, people, moving on.

Tonight's song: Beautiful Day - U2. Best served with: pararse en el De Gaulle a ver pasar aviones por tu panza.

sábado, febrero 19, 2005

Be careful 

- Tené cuidado, sólo eso.

- Pero qué, me va a querer violar, me va a forzar a hacer cosas que no quiero. Tengo controlado ese asunto, soy una chica grande.

- No, por mí podés tener un hijo con el flaco, no me importa. Te lo estoy diciendo a otro nivel. Pensá que es como un boxeador, mañoso y viejo. Cuando quiera noquearte y tenerte destrozada en el piso, sabe dónde y cómo golpear.

- Pero no tenemos una relación en la que me pueda lastimar fácil, porque no somos tan cercanos. Nos pasamos libros, música, impresiones de la vida, una confidencia o dos.

- Precisamente por eso, no te vas a dar cuenta cuando te tire el gancho, porque no lo vas a esperar, no lo vas a ver venir.

- Me puedo cuidar sola, he tratado con gente más perversa que ésta. Además no es tan malo como parece.

- No, no lo hiciste. Sí, es tan malo.

- .

- Solamente te pido una cosa, ¿puede ser?

- Qué.

- Tené cuidado.

(Pasos zigzagueantes)

- ¡Hay una fuente con inscripciones que no puedo leer, y una piña gigante flotando en el agua! ¡Vengan a ver!

Mental illumination moment, gone. Mental slavery emancipation, terminated.


Tonight's song:
Vicar in a tutu - The Smiths. Best served with: be careful, little naive butterfly.

miércoles, febrero 16, 2005

Life in wacko mode 

Qué difícil, poner en palabras los flashes que acontecen entre las sienes.
Como rayos que entran por la frente y recorren el cuerpo, pero sin la
reconstrucción facial con injertos y Karina Mazzocco, the personification of
beauty as an abstract concept, morbosamente impuesta como hada madrina de
transformaciones externas a la esencia.

Qué difícil lograr articularlos con gran esfuerzo, y que tus interlocutores
entiendan perfectamente el sentido de lo que decís. Qué difícil que imaginen
lo mismo que vos ves de los ojos para adentro.

Qué difícil que valoren que pensar eso es lo único que te hace feliz. Qué
difícil es que comprendan que es una hermosa manera de existir, viendo
colores en una pared sin grafitar; escuchando perfectas melodías en el motor
de un colectivo, en el silbato del afilador; oliendo particularidades frente
a una panadería, un lavadero, una ferretería; sintiendo el frescor hacinado
y medio mentiroso del viento en el subte, cuando las ventanillas están bajas
y la modorra se desvanece; cantando en silencio, con la boca cerrada y la
lengua en movimiento, zumbando, silbando con falsetes cantos de pajaritos
que se apostan en el limonero de la vecina todos los domingos soleados.

Vivir con la certeza de saber que te creen un poco loca. Con la certeza de
saber que it is true that mads have more fun.

Tonight's song: Three little birds - Gilberto Gil cover. Best served with: leche con Nesquick.

Readin n Touchin 

Amiguismos. Amigarches. Amistosos roces con derecho real, legal, constituido. Roces reales, carne con carne, pelo con pelo, cosquillas relativas en la superficie epidérmica y sudor mezclado, suspiros entrecortados, embates exasperantes y el único baile que tiene a la música como una opción y no como una condición sine qua non.

On the other hand, amistosos roces intelectuales, vía cold, harsh e-mail. Buenos deseos, tips vitales de gente que sabe más que una misma. Letritas negras, tipeadas rápidamente, sin detenerse en acentos, mayúsculas o la barra espaciadora que falla cada dos oraciones. Frases construidas de antemano, utilizadas en cualquier situación que lo amerite, hasta que son para una y claro, una se las apropia. Como diría Simone, esas frases no existirían si yo no las estuviera leyendo. Mechando anécdotas interesantísimas, para mantener el suspenso, las ganas de seguir recorriendo las líneas, y cosquillas absolutas en la panza, en las manos, en la garganta y en el pecho, sin necesidad de fluidos compartidos.

Platonic, that's my kinda love.

Tonight's song: PS I love you - Diana Krall. Best served with: "Re:" a morir.

martes, febrero 15, 2005

En el jardín 

La hora de tomar el té con leche era fatídica. Todos dejaban los crayones, témperas, acuarelas y ocasionales tijeras de punta roma refunfuñando, y se apostaban en el lugar que podían conseguir.
El grupito de las odiosas iba tomado de los brazos, para no separarse mientras desayunaban. El descastado tenía un hermoso privilegio dentro de su clase social: como no tenía apuro por sentarse cerca de nadie, puesto que nadie lo quería cerca, se tomaba su tiempo y estampaba en las hojas de papel barato un par de manos más que el resto. El bully tomaba la cabecera, enfrentado a la seño, y miraba con beatíficos ojos a sus retoños, a sus serviles monitos vestidos de naranja.
Las más inteligentes se sentaban cerca de "la casita"; al aviso de término del desayuno deberían ir a pelearse, con uñas, dientes y algún juguete plástico, por el vestido rosa y los zapatos de tacos, esos que toda la salita deseaba con fruición. Se desesperaban, corto mano corto fierro si no me lo prestás, pero hoy me toca a mí, siempre lo usás vos. Si hubieran sabido que en 20 años odiarían que las catalogaran de amas de casa...

- Mirá, tengo la hebilla de cordones de Flavia.
- Yo también la tengo.
- Pero la mía tiene todos los colores, la tuya es naranja nada más y aparte
está toda sucia.
- ...
- Acá nos sentamos con Magali y con Rosario. Andate.
- Pero las hamacas son de todos, aparte no las están usando.
- Pero las vamos a usar, así que salí.
- Bueno, si se van a hamacar dame los zapatos marrones.
- No, yo los agarré primero, ahora me los quedo.
- No podés tener todo, Nadia.
- Sí que puedo.

18 años después, todavía puede. ¿Cuántas Nadias despreocupadas y despóticas hay en el mundo? ¿What are the odds de que me toque laburar con una de ellas?

Tonight's song: Kindergarten - Faith No More. Best served with: a 10 year reunion, but 6 years later.

jueves, febrero 10, 2005

Sculp 

Hay esculturas de mármol. De piedra, roca, arena, hielo. De barro, arcilla,
mazapán. ¿Cómo puede ser que aún no haya esculturas de humo? Ya de por sí,
por su rara química, se hacen solas cuando dejás reposar el cigarrillo en el
cenicero, esperando que una buena idea caiga de ese cielo nublado y enojoso.
No hay dos iguales, and yet people only say that about snowflakes.
Si no hay viento, se continúan hasta donde los ojos pueden llegar, and yet people only say that about the horizon.
Alguien tiene que encontrar YA la manera de capturarlas, y hacerse con las
regalías.

Otro negocio redondo, circular, en volutas. Art not dead.

Tonight's song: Take the A Train - Diana Krall. Best served with: contar que fui al recital de Diana, just that.

martes, febrero 08, 2005

El meloso nuestro de cada día 

Lunes. Lluvioso. Húmedo. Pesado. Goteante. Anginas. Garganta. Cerrada. Cabeza. Nublada. Paro. Subte. Tarde. Apuro. Rush. Rush. Rush. Ambiente. Almidonado. John. Coltrane. Té. Limón. Cigarrillo. Sobra.
11. 16. Am. Recién.
Ego. Booster. Gratis. Ayer. Insuficiente. Poco. Tuyo. Pero. Ajeno. Necesidad. Besos. Caricia. Nuca. Ver. te.

Y esa puta manía de nombrarme en todos tus escritos. Velada o directamente, imaginaria o forzadamente, aclarando como gran cobarde que sos que todo es ficción, por supuesto.
Nombrarme como quiero que me nombres, esa nomenclatura, ese título nobiliario calladito que ansío, que pienso que debería ser mío y es de otra, salvo en los textos. Ahí soy reina absoluta y mis virtudes se destacan con especial énfasis, contadas de la mejor manera; y mis defectos son disimulables y pequeños y poco importantes, porque cuando escribís te volvés más bueno. Sos mío cuando te leo.

Me duele la garganta, tengo fiebre de vos, y todavía estoy esperándote para que le pongas paños fríos a todo esto, porque ya estoy empezando a delirar. ¿Cómo ser objetiva con la historia que me contás, si es la historia que quiero vivir?

Tonight's song: Salsalinas - Luis Salinas. Best served with: ficcionalizarse.

Think, fast! 

El peligro de no pensar siempre es menor al peligro de pensar demasiado. La
espontaneidad o la desmesurada impulsividad son valores que agregan a la
acción, la hacen más pura, más instintiva, más verdadera; y a la vez generan
un mayor margen de error y posterior potencial arrepentimiento.

Entonces, para condecirme con mi postura, debería seguir actuando por puro
impulso y reprimiendo, en lo profundo de mi nuca, esas garrasregret que
amenazan con treparse hasta mi coronilla.

Ignorance is bliss, dice un viejo dicho ya dicho. Las personas que no
sobreanalizan todo viven vidas más plenas, más seguras, porque el universo
de su entendimiento, su contexto, es mucho más reducido. Las variables a
tomar en consideración decrecen, la complejidad mengua y las decisiones se
tornan más fáciles de tomar.

Más segura, sí, ¿pero cuánto más rica? ¿Vale la pena la pérdida completa de
matices, de tangentes, de detours que lleven a nuevos caminos inexplorados?
¿Realmente vale la pena vivir en la inexorabilidad de elecciones ad
infinitum elegidas, de cursos que no se desvían, de rutinario aplastamiento?

¿Cuán libre es una persona que elige por impulso, si al fin y al cabo es
presa de esos mismos impulsos tanto como el pensante es preso de su cárcel
neuronal?

Por lo pronto, elijo no pensar mucho. El miedo a momentos en blanco en los
que la mente divaga y se retuerce en el pantano de los old issues se hace
cada vez más grande, y mi necesidad de reposar en las tranquilas y
transparentes aguas de lo predecible es imperativa.


Wait, acabo de decir que no quiero pensar? Shit. Estoy perdida.

Tonight's song: I wanna be sedated - The Ramones. Best served with: no sé, no tengo ganas de pensar con qué la escucharía.

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