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viernes, enero 21, 2005

A pedido 

De Miguel, que me instó a escribir algo sobre esto, quizás porque en algún lugar en su recóndita alma piensa que puedo llegar a decir algo interesante. Lamento decepcionarte, y lamento que para darte cuenta de lo que atentamente te advierto acá, tengas que leer el siguiente choclazo:


Aun me parece de mal gusto tocar este tema. Primero porque no creo que desde este humilde lugar electronicoso pueda hacer algo que cambie la situación. Segundo, porque no se sabe todo lo que pasa, pero se imagina. Tercero, porque es la misma cantinela de siempre, sólo que nos agarró con la defensas bajas y el espíritu navideño y susceptible en pleno crecimiento.

The way I see it, tres partes del mismo problema: básicas, simples, igual de descerebradas.

1. El público, la masa, the yellin' crowd. Si las versiones que circulan son ciertas, y aplicando una determinación pseudosalomónica, se lo merecen por pelotudos. Aún faltan un par de décadas para que la falla nutricional a nivel infantil que crece en grados alarmantes muestre su consecuencia más obvia: una generación entera de débiles mentales, como Forrests pero sin tanta suerte. Ya proliferan lo suficiente as to get a dance floor on fire and kill over 180 human beings. Entonces, descerebrados behind door Number 1! (no, don't get me started on the nursery/bathroom issue).

2. Ésos a los que se le paga por pensar y actuar coherentemente. Los empleados que nos gobiernan, que tienen la adorable tendencia de adjudicarse tanto atribuciones como dinero que no les corresponden. Los que cobran por el tremendo esfuerzo, similar al del trabajador portuario o el zafrero, de levantar una birome y presionarla contra una planilla de sueldos.
Ésos tienen reservado un 80% de la culpa, si es que echar culpas alguna vez remedió una tragedia. Podrían haberse dado una vuelta por los lugares que necesitan control, alguna vez, como hobby, en algún hueco entre el partido de tennis y las cenas en restaurantes glamorosos y seguramente entongados con sus mejores clientes. Ah, te olvidaste? Decidiste tomarte vacaciones? No importa, cuando vuelvas cerrá todos los locales potencialmente peligrosos 15 días para tratar de llevar a cabo lo que no hiciste en todo el año, María Julia Wannabe.

3. El que va a ir en cana porque es, además de semiculpable, el chivo expiatorio de medio país. El dueño del lugar. El que se entongó con los pertenecientes al segundo ítem, pero no tiene los contactos como para zafarla, porque primero se salvan el culo los números dos, después los tres y finalmente los unos. Que esta vez perdieron, mal.

Mucho me temo, y como varias veces se ha dicho, el argentino aprende por prueba y error. Como un nene chiquito. Hasta que no me quemo no dejo de joder con la cocina, hasta no electrocutarme seguiré metiendo el dedo en el enchufe, y si el perro me chumba es maravilloso, cada vez falta menos para que me muerda. Atalo con alambre, hasta que se rompa. Ahí, recién ahí, pensaremos en atarlo con algo más resistente. Oh, wait, y si no hay más que piolín de pizzería? Y bueh, a curtirse y seguir remando.

La gente armará revuelos, marchas reclamando justicia (me sorprende que pidan algo que ni siquieran saben qué es, jamás ha existido en esta Argentina en la que me toca estar), reclamará en los medios, algunos más permeables que otros, y se acallarán conforme otro suceso de similares características les robe protagonismo.

Y será, yet again, just a little bit of history repeating.

Mis respetos a los que perdieron seres queridos en Cromagnon, mis condolencias para todos nosotros.

Tonight's song: Requiem - Mozart. Best served with: silencio.

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