lunes, enero 17, 2005
Olla a presión
Volver y empezar a levantar la térmica.
No sólo por el calor, cosa que sufro horriblemente. Aún en sueños, donde me cubro de supurantes llagas y la lengua me raspa espinosa contra el paladar y los labios se resquebrajan y el gusto metálico de la sangre refresca apenas esa sed incontrolable porque claro toda el agua se va inconteniblemente en mares y mares de transpiración salada que a la luz del sol pica aún mas y pegotea el pelo y la nariz sólo aspira vahos calientes de cemento, arena y hedor humano.
Hedor humano. El guarda del subte le aconseja al diariero del subte que se bañe a la noche, cuando llegue a la casa, "total ahora te vas a chivar todo igual".
El señor cuarentón y panzón y pajerón que viaja parado al lado mío es del mismo pensamiento, si es que la cabeza le da para pensar en más que en mirarme las tetas y tratar de apoyarse contra mi hombro, estando el pasillo vacío. La lengua rosada, violeta, de loro, de hiena, da vueltas por los labios y deja caer baba burbujeante que se confunde con ríos de sudor que bajan de su frente, mientras sus ojos de cochinillo tratan de auscultarme sin ningún disimulo.
Los bebés lloran, los nenes se quieren sentar, los viejos salen todos a la calle, la presión me baja, me baja, me baja y ya no tengo ganas de tratar bien a la gente. Vayanse todos a la reputísima madre que los parió, hormigas sin cabeza en un wok gigante a fuego vivo. Ejército sin general de ovejas molestas, berrean y berrean y se conforman y bajan la cabeza y salen a tomar fresco a la puerta y las piernas varicosas se les siguen hinchando porque por esas venas corre el conformismo. Doñas Rosas de mierda, viejos pajeros, pendejos caprichosos, el mal. El calor del mal.
(El verano me pega para el orto, perdonen. Soy un ser otoñal, me dijeron, y tienen tanta razón).
Tongight's song: Hace calor - Andrés Calamaro. Best served with: la segunda de enero en el palacio de hielo en Islandia, anyone?
No sólo por el calor, cosa que sufro horriblemente. Aún en sueños, donde me cubro de supurantes llagas y la lengua me raspa espinosa contra el paladar y los labios se resquebrajan y el gusto metálico de la sangre refresca apenas esa sed incontrolable porque claro toda el agua se va inconteniblemente en mares y mares de transpiración salada que a la luz del sol pica aún mas y pegotea el pelo y la nariz sólo aspira vahos calientes de cemento, arena y hedor humano.
Hedor humano. El guarda del subte le aconseja al diariero del subte que se bañe a la noche, cuando llegue a la casa, "total ahora te vas a chivar todo igual".
El señor cuarentón y panzón y pajerón que viaja parado al lado mío es del mismo pensamiento, si es que la cabeza le da para pensar en más que en mirarme las tetas y tratar de apoyarse contra mi hombro, estando el pasillo vacío. La lengua rosada, violeta, de loro, de hiena, da vueltas por los labios y deja caer baba burbujeante que se confunde con ríos de sudor que bajan de su frente, mientras sus ojos de cochinillo tratan de auscultarme sin ningún disimulo.
Los bebés lloran, los nenes se quieren sentar, los viejos salen todos a la calle, la presión me baja, me baja, me baja y ya no tengo ganas de tratar bien a la gente. Vayanse todos a la reputísima madre que los parió, hormigas sin cabeza en un wok gigante a fuego vivo. Ejército sin general de ovejas molestas, berrean y berrean y se conforman y bajan la cabeza y salen a tomar fresco a la puerta y las piernas varicosas se les siguen hinchando porque por esas venas corre el conformismo. Doñas Rosas de mierda, viejos pajeros, pendejos caprichosos, el mal. El calor del mal.
(El verano me pega para el orto, perdonen. Soy un ser otoñal, me dijeron, y tienen tanta razón).
Tongight's song: Hace calor - Andrés Calamaro. Best served with: la segunda de enero en el palacio de hielo en Islandia, anyone?