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viernes, octubre 29, 2004

Good Day Sunshine 

El primer cigarrillo de la mañana. Puro veneno en sus pulmones vírgenes de tabaco, que reposaron plácidamente mientras su vientre se deshinchaba en la cama de la pensión. Saluda con un buen día malhumorado a las dos cucarachas rojas que se regodean en el plato de arroz de ayer y apoya sus pies desnudos de uñas desprolijas sobre los azulejos negros.
Le pica tanto la espalda. De seguro ese colchón de figaza de pan alberga pequeñas pulgas que no alcanza a ver, pero que alimenta todas las noches. Podría montar un circo en miniatura, si tuviera la paciencia de amaestrar todos los bichos que pululan por su habitación.
Con pasos dormidos camina hasta el baño común, cuya puerta está cerrada la mayor parte del día. Se saca el calzón de la raya, rascándose en el ínterin. Todavía tiene la boca pastosa del Uvita de anoche, debería haberse lavado los dientes pero la almohada y el bajón tiraron más.
Sale la vecina gorda de los pelos encarnados y los zoquetes arratonados, restregándose las lagañas con demasiada fruición para la hora de la mañana. Detrás de ella, un vaho de mierda de verdura recorre el vacío y le impregna las fosas nasales recién levantadas. Huele a vagina vieja, piensa, mientras aprieta el pomo del dentífrico -cómo odia que la gente lo llame dentrífico-. Se rasquetea los pocos dientes que le quedan con ahínco y escupe una espuma amarillenta, que se posa al lado del escupitajo de ayer, y el de antes de ayer. Además de entrenador de bichos debería ser artista dadá.Baja la tapa del inodoro y mea. Moja a propósito todo el borde, una especie de ofrenda al próximo visitante incontinente. Jala de la cadena, que grita un grito ronco y ahogado, regurgita un poco de agua y se acalla. La mierda de la vecina prevalece, estoica. Ahora tiene un gallardo y tintineante amante hasta que el casero los asesine con la sopapa, como Montescos y Capuletos escatológicos.
Vuelve a la habitación, se calza los mismos jeans que usó toda la semana, que ya huelen rancio; elige la chomba menos agujereada, menos desvaída; las únicas zapatillas y un rompevientos que pretende burlar el frío y es sólo una humillación de nylon. Y sale a la calle, a ver si le cae una changa del cielo. El mercado del arte siempre fue jodido.

Tonight's song: Money - Pink Floyd. Best served with: divagues vívidos en momentos muertos.

lunes, octubre 25, 2004

Boca rasposa. 

Continuando con la saga de posts lúbricos, y porque no creo que tenga otro fin de semana así en varios meses, ayer la pasé muy bien, aunque no llegué a tercera base (sí, vi demasiadas series adolescentes yanquis y nunca supe exactamente qué es llegar a tercera base. ¿Si entregás la cola es cuarta base? ¿Cómo se juega al baseball? ¿Alguien me puede explicar? ¿Por qué cada vez que pasan Awakenings la tengo que ver entera y llorar como una idiota?)

Tapas, tragos, cervezas, música chill out en un bar cool en el que supuestamente debería sentirme cómoda, niños bonitos de pañuelos al cuello y flequillos al costado, barmen de rastas y nombres con onda, sillones de cuero blanco y un muchacho con barba de dos días que tardó pero que lo valió.

Noche de sábado.

Volveremos a nuestra programación habitual de constante queja contra la realidad en breve, cuando deje de disfrutarla.

Tonight's song: Redemption Song - Lauryn Hill & The Wailers. Best served with: besos de dentífrico y Baileys (Cornyness quota exceeded).

sábado, octubre 23, 2004

Rodillas raspadas. 

Esperar en la lluvia, no tengo nada que se arruine, no te conozco la cara, ¿dónde estás? Llamame cuando estés cerca.
Qué ojos, qué pestañas, qué espalda, qué cola había en el
Cine predecible, Gael transvestido invertido embebido en sus propios ojos verdes.
Yo con un chupetín de cereza (que no mucha gente reconoce a simple vista), él con una comida japonesa de onda que no se terminó porque la comida para impresionar es sólo para mostrar y no para degustar.
Lances de butaca a butaca, abrazos un poco forzados. Vamos a tomar algo, ¿no?
2x1, speed con vodka, con whisky, con puchos. Cómo te como la boca, ensaya. Qué ricos son tus besos. Qué lindo lunar. Qué típico.
Bueno, me voy. Te llevo. Nah, dejá, no me gusta ser la niña who gets carried around. Bueno, te acompaño a la parada. Primero tengo que ir al baño. Vamos al departamento de mi vieja, ahí hacés tranquila.
El departamento tiene una terraza cerrada. Un piso 9, transpirado, jadeante, caliente, abierto, jugoso, culpable, divertido.

Noche de viernes.

Tonight's song: Extraordinary Machine - Fiona Apple. Best served with: estrenos a la orden del día.

sábado, octubre 16, 2004

De BMW a Motorola: la teoría de la máquina como sustituto/idealización del pene en el siglo XXI. 

Locación: primer vagón de la formación, Estación Lacroze, Ferrocarril Urquiza.

Horario: 23.10 hs.

Horario de salida del tren: 23.30 hs.

Breve sinopsis: apago el pucho y me siento en un asiento de 4, empatada contra un chico que lee callado. A los dos minutos, y CON MEDIO TREN libre, dos muchachos, en sus 20-22-24 años (por lo menos es lo que aparentan físicamente) se instalan bajo el pretexto "No vamos a encontrar asientos más adelante" (doh, a menos que te guste sentarte sobre los tibios e invitantes muslos del maquinista). Hasta ahí, nivel de estupidez habitual. Nothing's gonna change my world... sarasa.

3, 2, 1, GO:
1º. LAS RISITAS. De hienas con limitaciones mentales, de las que van a Special Ed. Histéricas, cómplices, de pizzería barata y cerveza Palermo.

2º. ¿QUIÉN LO TIENE MÁS GRANDE?. Momento de desenfundar, caballeros. ¿Cuál será el más funcional? ¿El que más capacidad de mensajería tiene? ¿Cuál tiene más crédito? El que tenga más de 65000 colores en pantalla tiene ganada la batalla.

3º. LAS DESAVENENCIAS EN LA COMUNICACIÓN CONTEMPORÁNEA.
Conclusiones:
Tonight's song: Call me - Spagna. Best served with: acabar de una vez por todas con esos dispositivos de rastreo also known as mobile phones.

lunes, octubre 11, 2004

Sacate II 

Ok, ahora sacate la histeria.

En otro orden de cosas, quisiera aclarar que el post anterior era puramente aspiracional, nothing actually happened y sigo como cuando llegué de Europa.

The good: chicaneos varios con un morocho bonito, mirando flores metálicas y cielos grises.
The bad: que un rockstar wannabe se coma a un aristogato (y que ese aristogato nunca seré yo).
The ugly: que vos, infradotado mental, te hagas una paja apoyándome mientras salto con Catupecu Machu. Mi querido, Ferro rebosa de yuyos donde descargar ácido láctico. Be gentle.

C'est tout, lately no tengo mucho que decir, sólo quería dejar prueba de vida y esto es más fácil que enviar trozos de mi cerebro en Ziploc a las casas de todos ustedes.

Dos o tres cosillas:

Ahora sí, enjoy, little ones. No me van a extrañar hasta el viernes, como mínimo.

Tonight's song: He who lives in fear - Herbie Hancock. Best served with: te cagaste, te lo perdiste (nah, despechada yo? Ni en pedo).



domingo, octubre 03, 2004

Sacate 

Sacate la ropa. Sacate esa boina y ese saco de pana. Sacate ese jean viejo agujereado y rotoso. Sacate la remera naranja de país extraño. Sacate las zapatillas cómodas y los zoquetes blancos. Sacate el boxer negro de marca, que te hace una colita perfecta. Sacate los prejuicios, los miedos, los nervios. Sacate las respuestas rápidas, las ironías de nene chiquito con actitud. Sacate el pucho de la boca, el que te pusiste para hacer tiempo. Sacate el character de muchacho recio y contestador. Sacate a las anteriores de la cabeza. Sacate el estudio, el trabajo, el equipo. Sacate tu familia, tus amigos, tus mascotas, el bondilero y la chica que limpia en tu casa. Sacate todo.

¿Ya está?

Ahora sacame las ganas.

Tonight's song: Undress me now - Morcheeba. Best served with: animal, sin sentido, sin freno, con sabor a sudor.

viernes, octubre 01, 2004

Turritanismo 

Que conste que para el tiempo en que me puse a tipear esta desvergonzada y trillada crónica de una muerte cerebral anunciada en el wordpad, ya se me había colgado blogger, casi me quemo los labios con el resabio del último pucho del día, y el easy-going guy se había conectado para celarme con una muchacha pechos de zeppelin que me quiere robar mi merecido puesto de groupie.
Entonces, comentaba. El lunes fui con uno de mis coequipers a un antro de la perdición cerca de Paraná y Corrientes, a adquirir un harrrrrrmoso vibrador rosa chicle para una amiga. Sí, para una amiga que no soy yo. Sí, sé que parece que lo compré para mí, pero todavía no me llegó el tiempo. Déme un mes, señor juez.
Lo divertido fue probarlo (probarlo es encenderlo, no metérmelo en la cajeta) en el medio de la calle, a la vista de las coquetas señoras que pasean sus poodles a las siete de la tarde. Lo nombramos Rudy, por Rodolfo Valentino.
Después de más de un mes de angustias, y sabiendo que al mundo blogger tan cool y moderno le molesta que lo comente, me vino. Sólo espero que para el fin de semana se me vaya. Lejos. No da para hacer una gran salida dominguera que probablemente termine en un coito animal y servir fideos con tuco.
Sí, también me dí cuenta que estoy siendo excesivamente guarra. La otra cara, el país que no miramos.

Siento arañas caminándome por la columna, cucarachas en los oídos y hormigas entre los dedos de los pies. La boca llena de grasa vacuna sin refinar, las uñas de las manos llenas de barro seco. En mi pelo reptan babosas jugosas, viscosas. Me siento sucia.

I'm over him. Definitivamente. Lo vi esta semana y no me movió un pelo. Me movió a lástima. Moooving on, people.

Tonight's song: Black Bird - The Beatles. Best served with: y ahora que no estoy obsesionada con nadie, ¿qué voy a hacer? (sí, se que este post no tiene coherencia. Hace cuatro días que duermo una hora por noche. Comprendanme, manga de soretes).

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