lunes, septiembre 13, 2004
Chop chop
Es increíble. Ayer me fui a cortar el pelo después de cinco meses de abstinencia peluqueril (o de cuidados mínimos a mi cuerpo, for all that matters) y me regalaron un harrrrmoso corte trendy desmechado de flequillo al costado, encasquetado, del tipo publicidad de celulares. Quizás sea más rentable invertir en una operación facial que me permita portar un rapado a lo Sinnead sin parecer enferma terminal. ODIO ir a la peluquería, o a comprarme ropa, o a depilarme, todas esas beautification sessions me enervan.
Decía, me cortaron el pelo como eso. Lo gracioso de todo es que hoy los chicos se me quedaban mirando como si en serio creyeran que soy cool. Como si los pelos de afuera cambiaran las ideas de adentro. Quién me habrá mandado a pedirme daiquiris mientras Coco enarbolaba sus tijeritas...
Mi corto de Flash es un parto mal llevado. No tengo la paciencia para armarlo, sólo me dediqué a pensar cómo encajar todas las piezas. En mi mente se ve la mar de bonito. En la pantalla es un aborto de culebra animado.
Uf, me falta comprarme los anteojos de diseño y pegarle un tiro al espejo, con la esperanza de que rebote y me dé en la frente. Me siento tan ajena a todo ese shopping spree vacío. Me obligaron a comprarme jeans porque los que tengo ya están agujereados en el culo y queda mal que se vea la carne. Como si un pedazo de tela fuera tan importante, como si no hubiera prendas más reveladoras y no por ello más condenadas.
Qué fin de semana perdido, lo único que lo levantó fue Charlie y su Máquina de Follar. Mi vieja se escandalizó cuando le mostré la portada. Sacando la cirrosis y el constante enfieste, bien podría ser mi mentor literario, a esta altura del partido.
Ayer tuve la oportunidad de intentar reconvertir a un chico gay, y me avisaron tarde. Habría estado divertido.
Tonight's song: Angelica - The Gathering. Best served with: mañana empiezo, cual rinoceronte, a darle a los calditos para almorzar. Depuremos este basurero, que ya bastante mierda tiene.
Decía, me cortaron el pelo como eso. Lo gracioso de todo es que hoy los chicos se me quedaban mirando como si en serio creyeran que soy cool. Como si los pelos de afuera cambiaran las ideas de adentro. Quién me habrá mandado a pedirme daiquiris mientras Coco enarbolaba sus tijeritas...
Mi corto de Flash es un parto mal llevado. No tengo la paciencia para armarlo, sólo me dediqué a pensar cómo encajar todas las piezas. En mi mente se ve la mar de bonito. En la pantalla es un aborto de culebra animado.
Uf, me falta comprarme los anteojos de diseño y pegarle un tiro al espejo, con la esperanza de que rebote y me dé en la frente. Me siento tan ajena a todo ese shopping spree vacío. Me obligaron a comprarme jeans porque los que tengo ya están agujereados en el culo y queda mal que se vea la carne. Como si un pedazo de tela fuera tan importante, como si no hubiera prendas más reveladoras y no por ello más condenadas.
Qué fin de semana perdido, lo único que lo levantó fue Charlie y su Máquina de Follar. Mi vieja se escandalizó cuando le mostré la portada. Sacando la cirrosis y el constante enfieste, bien podría ser mi mentor literario, a esta altura del partido.
Ayer tuve la oportunidad de intentar reconvertir a un chico gay, y me avisaron tarde. Habría estado divertido.
Tonight's song: Angelica - The Gathering. Best served with: mañana empiezo, cual rinoceronte, a darle a los calditos para almorzar. Depuremos este basurero, que ya bastante mierda tiene.