viernes, agosto 20, 2004
My Guy
Continuando con la atrapante saga de teenish posts hormonales y cubiertos de acné con Angel Face, o quizás sea porque la falta de sueño hace que mi cerebro vuelva a épocas menos estresantes, hoy estuve pensando (bulletpointing, that should be the word, if it actually exists) en las cosas que me gustaría que tuviera esa persona con falo que nunca se digna a aparecer.
Que conste en actas que de todos los pibes con los que estuve (y acá se puede insertar una lista no muy larga pero sí variada, porque para mandar hay que saber, diría mi abuela Negra) ninguno cumplió con todas las pautas. Conformista o calentona, elijan la C que más les plazca, nunca racionalicé el deseo y nunca me arrepentí de nada. Al final las ganas son las justificaciones más sólidas, justo por debajo del alcohol en cantidades poco saludables.
Entonces, bulletpoints:
Que conste en actas que de todos los pibes con los que estuve (y acá se puede insertar una lista no muy larga pero sí variada, porque para mandar hay que saber, diría mi abuela Negra) ninguno cumplió con todas las pautas. Conformista o calentona, elijan la C que más les plazca, nunca racionalicé el deseo y nunca me arrepentí de nada. Al final las ganas son las justificaciones más sólidas, justo por debajo del alcohol en cantidades poco saludables.
Entonces, bulletpoints:
- Que esté rapado, que tenga la cabeza como un cepillito, eléctrica. Para poder pasarle los dedos y que me haga cosquillas.
- La boca debería ser un tanto carnosa, sin llegar a churrasco. El labio de abajo debe ser invitante, estar constantemente humedecido y dispuesto.
- Un contundente SÍ a las barbas de dos días, a los lunares en las mejillas, a las pestañas arqueadas de niña y a las cejas pobladas. Al ceño fruncido y a los ojos penetrantes.
- Ah, los ojos. No importa el color, mientras sepan verme desnuda en invierno. Mientras sepan encuadrar una foto instantánea desde la ventana de un colectivo, mientras descubran formas de lobo en las fotos de la exposición de Pza. San Martín. Mientras miren fija y honestamente.
- Orejas abiertas. Que sepa exactamente para qué Barry White vino a este mundo y agarró un micrófono. Que cuando le nombre "esa música de viejos" que escucho sepa perfectamente de lo que le estoy hablando.
- Espaldas lo suficientemente amplias como para redactar mi testamento con chocolate.
- Culito de manzana ExpoFrut.
- Manos de dedos largos, el anular más largo que el índice. Que sea diestro con ellas, que haga de mi cuerpo una sesión de bricollage.
- Que odie hablar por teléfono tanto como yo. Que ame leer tanto como yo.
- Que sepa cocinar y silbar jazz, todo al mismo tiempo.
- Que no le tenga miedo al ridículo, porque de pareja tendría al ridículo encarnado.
Y que tenga el pito grande.
Tonight's song: Bewitched, bothered and bewildered - Frank Sinatra. Best served with: especial énfasis en el "bothered".