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jueves, julio 01, 2004

Soothe me, Irrelevance 

Como el Alvear, como el recent Four Seasons, como cualquier hotel cinco estrellas de cualquier urbe con crisol de razas y taxistas frenéticos. Sanatorio Otamendi.
Estaba esperando que los porteros se pusieran a bailar tap, mientras las recepcionistas agitaban sus piernas esbeltas al ritmo de un can-can silencioso.
Jardín de invierno español, grandes macetas y fuentes, ceniceros de bronce y figuras talladas con escenas de caza. Música tranquila, funcional, cuadros por todos lados, el baño de una habitación es más grande que mi pieza.
¿Querés ver tele en la habitación? Clink caja. ¿Querés una toalla más? Clink, of course. ¿Querés que te atendamos como se atiende al príncipe más exquisito de la Arabia? Clinkity, honey.
Las médicas son todas conchetas, los médicos son paternalistas, todos te tratan como si no merecieras estar ahí. Tienen los mismos ascensores que en la UADE, pero con paredes metálicas raspadas como si hubieran transportado maniáticos sacados, destructivos, durante muchos años. Una especie de Resident Evil meets Amelita's Farm.

Sí, me fijé en todo eso. No, no vas a saber nunca por qué estuve ahí. Sí, estamos trabajando para evitar nudos en la garganta. Por su atención, muchas gracias.

Tonight's song: Baby, won't you please come home? - Nat King Cole. Best served with: que me la cante mi papá, con ese acento horrible que tiene, y reirnos mucho.

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