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miércoles, junio 16, 2004

Manitos voladoras, La saga continúa 

Hacer la denuncia en la estación de Boedo, contra mis convicciones más inquebrantables (nota: la comisaría está fuera de los molinetes, así que para hacer la denuncia y volver al subte tuve que pagar un fucking subtepass). "El jefe de sección justo está en una reunión con el comisario" (Y justo vendiste el último paquete de puchos, y justo perdiste el tren, y justo te diste vuelta cuando te iban a dar el beso. Son cosas que pasan)

"Pero, ¿necesita la denuncia para algo?"
"Sí, me robaron la cédula, tengo que renovarla. El registro de conductor, credenciales varias que tengo que volver a sacar, para todo eso necesito un papelito mal tipeado, con faltas de ortografía que me hagan sangrar los ojos, que certifique que hay gente forra en el mundo".

Já. Pidieron ñoquis para almorzar, pequeña y exquisita ironía policial. Me revolvía en mi asiento dilucidando quién se iba a comer a quién primero. Lo destacable: el dependiente, cabo no se cuánto. LO dulce. LO pancho. LO correntino. Si tan sólo no se hubiera equivocado de carrera... Recepcionista de jardín de infantes, decía el test vocacional, pero con tu viejo comisario, qué pensabas hacer, pobre diablo?

Me cansé de esperar. Me voy a hacer arrestar por alterar el orden público y vengo. No me extrañen.

NOTA: no sé si está desnuda o no, la onda es que mis pequeños saltamontes aprendan a usar el Google como corresponde. Es una herramienta demasiado poderosa como para manejarla al tun tún.

Tonight's song: Ain't misbehavin'- Art Tatum. Best served with: llevame en cana pero certificame la papeleta, papá.

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