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jueves, abril 22, 2004

El disculpatorio (if there's such a thing) 

Ando sin ganas de escribir. De postear y que me lean. La semana que viene se muda mi tercera muela de juicio (considerando seriamente en hacerme un collar, a esta altura del partido); hoy llueve como si fuera el último día. Tengo ojeras marcadas a fuego (a tizne, mejor dicho) y tan poca voluntad de pensar... ¿Es grave, doctor? ¿El cerebro no se toma vacaciones de nadie?

El código Da Vinci funciona tan bien en el tren como en la playa, sólo que me veo más pálida y más vestida. Me encuentro pronta a caer en las garras del jean tiro bajo y el culote violeta rabioso, y no quiero. No quiero más coherencia, ni posts queriendo ser inteligentes. No quiero urraqueos ni conformismos. No quiero que me duela la boca, el oído, la cabeza y la garganta, no quiero volver con él, no quiero laburar más ahí, no quiero estudiar más. Quiero arrebujarme abajo de mi acolchado insoportablemente floreado y no salir hasta los 25.

Working hard to get a deeper voice, mostly with eternal cigarrettes and gárgaras con hiel amarga. Al menos lo acaricio por teléfono.

Tonight's song: Saudade da Bahia - Baden Powell. Best served with: dejar de lado lo políticamente correcto y mandar todo bien a la concha de la lora. Sí, así, nada de eufemismos elegantes de niña bien educada. A LA MIERDA.

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