domingo, enero 25, 2004
Escaparle al viejazo?
Hoy, después de descansar bajo el sol un rato, le imploré a mi señor padre que me alcanzara hasta el Unicenter a cortarme el pelo (acá entra toda la sarta de idioteces que se desprende de "aaah se va a cortar el pelo de Giordano, esta chiruza, pero quién se cree que es?" y similares, que obviaré by explaining que empecé a ir por mi viejo, y como cobran más o menos lo mismo que cualquier otra y ya se me hizo costumbre, sigo yendo. Amén de que hacía como nueve meses que no me tocaba el pelo).
En fin, de paso fuimos al supermercado, porque la etapa de investigación de campo en mi proyecto "Se puede vivir a agua, melón y crocanas? Una aproximación metafísica" ya estaba por concluir.
Pero el punto no es el corte de pelo, ni el queso port salut que compramos. No. El punto es que mi viejo está mostrando indicios cada vez más claros de lo viejo que está. Sí, es el típico señor de canas, chomba, bermudas caqui y mocasines de cuero marrón sin medias que se pasea, con el celular colgando bien a la vista, bailando cualquier cancioncita boluda y haciéndose el simpático con cuanta promotora, degustadora, vendedora, repositora, soporte de vagina encuentre. También considera oportuno y hasta deseable compartir con cualquiera que esté en un radio de tres metros su visión sobre la política, la economía, el precio de los boxers que en esta etapa de androginia adelantada se empeña en comprar, y lo obesa que está la gente hoy en día -todo esto saliendo de la boca de una persona que a duras penas se ve los dedos gordos de los pies-. Y no sólo es tan dicharachero, sino que además, como se ve que la hipoacusia es uno de los síntomas, lo grita. Grita defectos en los demás, saca el cuero pero al mismo nivel de decibeles que Valeria Lynch agarrándose el dedo meñique con un cajón.
El piso de baldosas de Unicenter está muy bien construido. Por más que lo intenté, no logré que se dignara a tragarme.
Tonight's song: My favourite things - John Coltrane. Best served with: You will be missed, little one. Take care, y traeme un oficial de la Guardia Montada y un reno.
En fin, de paso fuimos al supermercado, porque la etapa de investigación de campo en mi proyecto "Se puede vivir a agua, melón y crocanas? Una aproximación metafísica" ya estaba por concluir.
Pero el punto no es el corte de pelo, ni el queso port salut que compramos. No. El punto es que mi viejo está mostrando indicios cada vez más claros de lo viejo que está. Sí, es el típico señor de canas, chomba, bermudas caqui y mocasines de cuero marrón sin medias que se pasea, con el celular colgando bien a la vista, bailando cualquier cancioncita boluda y haciéndose el simpático con cuanta promotora, degustadora, vendedora, repositora, soporte de vagina encuentre. También considera oportuno y hasta deseable compartir con cualquiera que esté en un radio de tres metros su visión sobre la política, la economía, el precio de los boxers que en esta etapa de androginia adelantada se empeña en comprar, y lo obesa que está la gente hoy en día -todo esto saliendo de la boca de una persona que a duras penas se ve los dedos gordos de los pies-. Y no sólo es tan dicharachero, sino que además, como se ve que la hipoacusia es uno de los síntomas, lo grita. Grita defectos en los demás, saca el cuero pero al mismo nivel de decibeles que Valeria Lynch agarrándose el dedo meñique con un cajón.
El piso de baldosas de Unicenter está muy bien construido. Por más que lo intenté, no logré que se dignara a tragarme.
Tonight's song: My favourite things - John Coltrane. Best served with: You will be missed, little one. Take care, y traeme un oficial de la Guardia Montada y un reno.