jueves, diciembre 18, 2003
Ahora entiendo todo
Este blog, como he dicho muchas veces, es un cementerio de voluntades. Empezó sin coherencia, siguió por la consabida senda de la búsqueda infructuosa de lugares comunes para que los fieles lectores se relacionen y comenten (en mi comment addiction, superada con creces gracias a la ayuda de un soplamocos propinado por Dieguez, siempre tan atento); y ahora volvió a la incoherencia de siempre. Los posts se mezclan entre escritos pedorros, opiniones banales, un día en la vida de y críticas constructivas al boludo de turno que jamás las lee.
Claro que esta incoherencia estilística guarda toda coherencia con mi incoherencia mental. Todavía estoy decidiendo qué carajo es esto.
Claro que esta incoherencia estilística guarda toda coherencia con mi incoherencia mental. Todavía estoy decidiendo qué carajo es esto.