A raíz de mi angina roja, que cuido celosamente y saco a relucir una vez cada dos meses, mis otrora preciosos labios llenos y vibrantes se resecan como culo de vieja paspado y necesitan cantidades industriales de ese maravilloso ungüento que es la manteca de cacao.

La misma no falla en recordarme que cuando era chica encontraba el aroma de dicha barrita tan deseable, tan apetecible, que me bajaba mantecas de cacao por docenas. Aún hoy sigo encontrándolo extremadamente sabroso, pero sólo me paso la lengua por los labios. Se que hay gente que lee por estos lares que estudia medicina o tiene algún acercamiento a ella (léase Martín o Bar). Mi pregunta es: ¿puedo morir por la ingesta de manteca de cacao, o puedo darle rienda suelta a mi little fetish sin peligro alguno más que para mi salud mental?

Se agradece pronta respuesta, no se cuanto más pueda soportar.